Creo entender, más no aprobar, el cansancio que algunas personas le tienen a Mozart. Los medios repiten una y otra vez el comienzo, sólo el comienzo, de "Eine Kleine Nachtmuzik", el comienzo de la sinfonía Nº40. Es en verdad muy pobre el repertorio que exhiben los medios, si pensamos que Mozart tiene más de 626 piezas catalogadas. Que van desde 27 conciertos para piano, numerosas composiciones de cámara, concierto para fagote, concierto para arpa y flauta, cuatro conciertos para corno, varias óperas, enormes y maravillosas óperas: Don Giovanni, La Clemenza di Tito, Cossi Fan Tutte, Die Zauber Flote. etc. Así que pido que no condenen a Mozart de antemano, tomense un tiempo para escucharlo y juzgar bien su música. Tal vez se esten perdiendo de uno de los pocos compositores que hayan alcanzado la perfección.
Pasando a otro tema, hay algo que me cuesta entender, ¿por quê debo sentir verguenza cada vez que escucho a Wagner? A un compañero (lindo eufemismo) le bastó para tacharme de proto-nazi (viniendo de un peronista es toda una ironía). Ni hablar de escucharlo en Israel, a Baremboimse le armó flor de lío (aunque debo admitir mi recelo hacia su persona, creo que está más interesado en la política y el circo mediático que en la genuina música), por querer interpretarlo. Que yo sepa, Wagner nunca instaló campos de concentración, ni hizo proselitismo a favor de los nazis. Que era antisemita? Era y es un sentimiento común en Europa, con la misma intensidad, en todo caso, con que hoy y acá se odia a los bolivianos y chinos. Yo lo veo cómo un caso de resentimiento, durante el tiempo que quiso triunfar en París, era aventajado en popularidad por Jacques Halêvy, de origen judío. Y dada la personalidad de Wagner, y la importancia que le otorgaba a su tarea de componer la "Obra de Arte Total", contribuyeron a acrecentar su disgusto y su tendencia antisemita. Pero no da para que exageremos hasta el ridículo, como hizo el divulgador y tecladista Howard Goodall, en sus documentales para Film and Arts, de llamarlo: "Progenitor de la pesadilla nazi", creo que el buen Howard derrapó. En cuanto al mensaje antisemita en sus óperas, bah, una obra de arte mayor como Der Rheingold, admite muchas interpretaciones; hay quienes le han dado un lectura marxista, otras racista, otras liberal, otras feminista, un largo etc. No van a impedir que yo escuche el Idilio de Sigfrido sólo para satisfacer a la progresía bien pensante. Ni muera de amor junto a Tristán e Isolda.
Admito que me gusta el Grupo de los Cinco, pero creo que si se hubieran esmerado más, habrían podido llegar a ser más que un grupo de personas que siempre se citan juntos (excepto por Mussorgsky y Korsakov, quiên más de ese grupo recibe reconocimiento? Cui, Balakirev y Borodin son superados ampliamente por Glazunov o Rajmaninov).
Por último, he escuchado rumores francamente escabrosos sobre el Teatro Colón, y su situación presente y futura, que me hacen temer por êl cuando lo reabran, espero que no lo conviertan en una bailanta.