Atlas Shrugged...a la criolla
Como es sabido por todos, los últimos 20 días han sido tensos, llenos de marchas, paros, desabastecimento (reciên hoy abrió la carnicería de mi barrio), cacerolazos, etc. Vimos la sana y justa furia de los productores rurales, que experimentaron de primera mano la opresión estatal, las campañas de demonización y el accionar de las nuevas SA (Sturm Abteilung) de la Emperatriz. Vamos! No pedían capitalismo salvaje, no pedían poder darle latigazos a los peones, no pedían que no les cobrasen ningún impuesto (esto último sería un pedido enteramente justificado). Esta gente reclamaba que les bajaran sólo un 5% de las retenciones. Nada má, nada menos.
Obviamente el moderno Leviatán montó en cólera, ¡como semejantes zarrapastrozos se atrevían a cuestionar su política! Ellos eran chacareros mugrosos y oligárquicos, enemigos de la felicidad planificada y subsidiada. La Emperatriz les hizo saber que jamás tendrían êxito con sus desaforados pedidos.
Discursos soberbios, trompadas al que disentía, pero ellos seguían, estaban dispuestos a dejar el cuero en las rutas, según palabras de uno de los dirigentes de Gualeguyachú. Actitud loable, siempre es bueno ver gente digna y valiente. Pero yo moderaría la esperanza que algunos liberales ponen en este asunto, no se olviden que ellos no piden que el estado se desentienda del sector, piden una "política agropecuaria integral", o sea más estado. Es bueno que quieran que se reduzcan los impuestos, pero me parece que tendrían que haber aprovechado la exposición mediática para educar al gran público sobre cómo se crea la riqueza. Que no es a travês de decretos y leyes pomposamente anunciadas desde el "Salón Nosequê" de la Casa Rosada. Sino mediante el esfuerzo, la inversión y el ahorro.
Las cosas buenas que nos dejó este paro (si es que arreglan, porque si no, paran de nuevo y ahí los quiero ver): la resistancia al poder avallasador de los burócratas, la crítica al sistema impositivo, que aunque tímida, crítica al fin. La manera en quê la Emperatriz y sus lacayos se ensuciaron con su soberbia frente a la opinión pública. En este paro hubo algo que jamás creí que vería, reciên me doy cuenta, en estas pampas solitarias y salvajes, asomos de dignidad y valor.
Obviamente el moderno Leviatán montó en cólera, ¡como semejantes zarrapastrozos se atrevían a cuestionar su política! Ellos eran chacareros mugrosos y oligárquicos, enemigos de la felicidad planificada y subsidiada. La Emperatriz les hizo saber que jamás tendrían êxito con sus desaforados pedidos.
Discursos soberbios, trompadas al que disentía, pero ellos seguían, estaban dispuestos a dejar el cuero en las rutas, según palabras de uno de los dirigentes de Gualeguyachú. Actitud loable, siempre es bueno ver gente digna y valiente. Pero yo moderaría la esperanza que algunos liberales ponen en este asunto, no se olviden que ellos no piden que el estado se desentienda del sector, piden una "política agropecuaria integral", o sea más estado. Es bueno que quieran que se reduzcan los impuestos, pero me parece que tendrían que haber aprovechado la exposición mediática para educar al gran público sobre cómo se crea la riqueza. Que no es a travês de decretos y leyes pomposamente anunciadas desde el "Salón Nosequê" de la Casa Rosada. Sino mediante el esfuerzo, la inversión y el ahorro.
Las cosas buenas que nos dejó este paro (si es que arreglan, porque si no, paran de nuevo y ahí los quiero ver): la resistancia al poder avallasador de los burócratas, la crítica al sistema impositivo, que aunque tímida, crítica al fin. La manera en quê la Emperatriz y sus lacayos se ensuciaron con su soberbia frente a la opinión pública. En este paro hubo algo que jamás creí que vería, reciên me doy cuenta, en estas pampas solitarias y salvajes, asomos de dignidad y valor.
1 Comments:
Por lo menos gran parte de la sociedad comprendió lo ladron del estado, y que el próximo puede ser cualquiera.
By Anonymous, at 10:26 AM
Post a Comment
<< Home