La mano del estado nos guía a la felicidad

Los incansables sabuesos de la AFIP

En las radios, en las televisoras, en los diarios, se oyen diversas propagandas, desde hace varios años, acerca de los buenas personas que somos si pagamos nuestros impuestos, o (traducido del almibarado y falaz lenguaje burocrático), dejemos que nos roben en nombre de la "Patria". Gastan los mismos que ellos tanto ansían, elaborando costosos y lacrimógenos spots instando a sonreír mientras abusan de usted. "Educación para una nueva ciudadanía", y despuês andan diciendo que la Unión Soviêtica cayó, Ja, está más viva que nunca en las mentes de los burócratas, su intento de cambiar la mente del hombre y crear un Hombre Nuevo. Detrás de esta, aparentemente inocente, campaña de la AFIP (que va por los colegios lavandole el cerebro a los pequeños), se encuentra la vieja ingeniería social de Stalin, Hitler y Pol-Pot.
Aunque con los impuestos se hicieran las maravillas que dicen que se hacen (jajaja), igual estaría mal, ya que la propiedad de un hombre (el sueldo que gana, etc) es de êl y sólo de êl. Nadie puede disponer de lo que ganó en nombre de un colectivo superior. Pero a nadie se le ocurre, todos discuten si hay que subir o bajar impuestos, nadie la naturaleza misma del tributo y cómo evolucionó de la bárbara imposición del conquistador al conquistado hasta la sacralización por los burócratas y sus agentes (intelecyuales y periodistas). Nadie discute eso, nadie tiene las pelotas para hacerlo. Que mundo asqueroso y masificado.