Grandes Libertarios: Albert Jay Nock (1870-1947)
Se imagina usted, en pleno auge de las políticas de Franklin Delano Rooselvelt, alguien escribiría en contra de esas políticas. Denunciando sus funestas consecuencias, cómo inevitablemente un estado de bienestar se transforma en uno policial (Welfare State- Warfare State). Criticando a los conservadores que habían abandonado sus ideales de neutralidad, libre comercio, y libertades individuales. Para abrazar el intervencionismo mesiánico, tanto afuera de USA, como adentro. El control de la economía, la distrbución del ingreso, la estatización de la sociedad. Ese alguien previó que esas medidad llevaban a un socialismo de facto, si bien en los discursos pomposos de los funcionarios se seguía alabando a la libertad.
Ese hombre era Albert Jay Nock, escritor, un hombre fino, aristocrático (en el mejor sentido de la palabra). Autor de una biografía sobre Thomas Jefferson (M Jefferson, 1926), fundador de la primera versión de The Freeman (1920-1924). Sus dos libros capitales son "Memoirs of a superflous Man", "Our Enemy the State". En ellos se puede encontrar lo mejor de la Vieja Derecha americana, que el anarquismo no es simplemente insultar un policía y tirarle piedras. De manera precisa alaba las bondades de una sociedad libre, en la que los individuos pueden llevar sus vidas como mejor les de el talante. Se muestra inclaudicable en su lucha por lo que es bueno y correcto, en la ley natural, en su defensa del individuo.
Identifica, y con razón, la suma de todos los males en el estado. Es la unión del robo, de la violencia, de la mentira, del fraude, del militarismo, del espirítu de rebaño. Todos esos males institucionalizados, que encontraron su forma física en el estado. Se mostraba indiferente a la creciente idolatría que muchos sentían (y sienten) por la Naturaleza. Un hombre amante de la sabiduría aprende de los hombres, no de los árboles. Albert Jay Nock, otro grande olvidado.
All I have done towards the achievement of a happy life, has been to follow my nose…I learned early with Thoreau that a man is rich in proportion to the numbers of things he can afford to let alone; and in view of this I have always considered myself extremely well-to-do. All I ever asked of life was the freedom to think and say exactly what I pleased, when I pleased, and as I pleased. I have always had that freedom, with an immense amount of uncovenanted lagniappe thrown in; and having had it, I always felt I could well afford to let all else alone. It is true that one can never get something for nothing; it is true that in a society like ours one who takes the course which I have taken must reconcile himself to the status of a superfluous man; but the price seems to me by no means exorbitant and I have paid it gladly, without a shadow of doubt that I was getting all the best in the bargain
2 Comments:
Me encanta.
Para cuando murió ya era tenido por Nazi o subversivo o profundamente odiador de su país, ¿no? Digo, no me sorprendería.
Celebro el retorno de esta sección.
By Claude, at 11:28 AM
Que h...para plantarse en épocas donde el estatismo era la Verdad.
By Anonymous, at 2:28 PM
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