Un asco
Borges, el feliz día que los Aliados liberaban París, se dio cuenta (o fingió que se daba) de que no toda emoción colectiva es innoble. Pudo decir eso, porque no vio a la horda de miserables que pasaba verguenza frente a las cámaras, peleando como chiquilines contra los policías, todo por unos limones mugrosos, desparramados por la Avenida 9 de Julio. Indigno. ¿Por quê será que cuando el ser humano se junta, ae amucha, se vuelve masa, ocurren los episodios más indignos?
2 Comments:
Lo vi por TV. Es como dijo Thomas Harris: "La fetidez elemental está en el rostro de la multitud".
By Claude, at 8:26 PM
Quedate tranquilo que Borges pudo presenciar muchos de esos episodios.
By Blogovido, at 10:50 AM
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