Odín Mago
La bebida alcohólica no conviene solamente a los guerreros, tambiên a los poetas y adivinos, de quines tambiên es protector Odín. Es, o más probablemente lo llegó a ser, pues no se lleva con su origen salvaje. Su poder es esencialmente de orden espiritual: tiene más reputación por la profundidad de sus pensamientos, la sabiduría de sus consejos que por su fuerza. Sabe y prevê; conoce tambiên el uso de fórmulas mágicas. Señor de la guerra, de la poesía y de las runas (la escritura mágica de los vikings).
La ciencia de Odín, sin embargo, no le fue dada desde el principio de los tiempos. Sino que la adquirió poco a poco, interrogando a todos con los que se encontraba. Pues tambiên era un viajero infatigable, y tenía muchas oportunidades de conversar con los gigantes, a los espíritus de las aguas, de la tierra, etc, a los enanos, a los elfos, a los hombres, todo el que se cruzara en su camino. Quien más le enseñó los secretos de la magia fue su tío el gigante Mimir, guardián de la maravillosa fuente Hvrgellmir, donde se sumergía una de las ramas del fresno sagrado Yggdrasil. Mimir era un espíritu del agua, por quien todos los vikings parecían sentir una profunda veneración. Su nombre significa "El que piensa". Esta fuente, cuyo acceso guarda, otorga a quien bebiera de sus aguas Inteligencia y Sabiduría. Odín, ávido de conocer todas las cosas, quiso beber de ella, pero el precio exigido por Mimir para permitírselo era su ojo. Odín debía arrancarselo; ¿pagaría el precio? ¿Se mutilaría horrendamente para obtener sabiduría?
Sí. Odín se arrancó el ojo y se lo entregó a Mimir.
Halló tanto saber en la Hvrgellmir, que cuando Mimir resultó muerto en la guerra de los Ases contra los Vanes (al comienzo del principio del mundo), logró hacer sobrevevir su cabeza, embalsamandola. Tan bien le salió, que la cabeza podía responder a las preguntas que se le hacían.
Tras muchos combates, Odín logró hacerse con la hidromiel de los poetas, lico mágico que hacía vaticinar. El mismo Odín hablaba "Tan bien y tan hermosamente, que todos los que le escuchaban pensaban que sólo u palabra era verdadera. Lo expresaba todo en verso, como se hace hoy en el arte llamado poesía".
Y servía su bebida a los poetas por êl inspirados. Se dice que unas gotas caídas a tierra durante el vuelo de un águila, es lo que les toca a los malos poetas, que se alimentan de los restos del licor divino.
El hidromiel de los poetas servía a su vez para los adivinos. La inspiración poêtica depende de Odín tanto como la inspiración adivinatoria. A êl se le invoca en las únicas inscripciones que dejaron los vikings. Por lo general son piedras de tumbas, con inscripciones funerarias sencillas. Algunas sin embargo, no son enteramnete descifrables, pues se encuentran en ellas series de signos que no forman palabra alguna y que debían tener un valor mágico. Esos restos de la sabiduría de Odín son la runas.
2 Comments:
Arrancarse un ojo, qué dolor. Le hubiera convenido hacer como Salomón: se lo pidió a Dios y listo.
By Claude, at 9:59 AM
Que cosa rara, un gigante con un nombre como Mimir, que suena a chiquito, no?
Y ahora entiendo por qué Odín era tuerto!
Me parece reinteresante todo esto!!
By Stella, at 7:04 PM
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