El Viking Liberal

Wednesday, August 16, 2006

Cosmología viking II

Numerosos son los animales que habitan en las ramas del gran fresno; en las más altas, un gallo de oro vigila el horizonte y debe prevenir a los cuando sus eternos enemigos, los gigantes, se preparen a atacarlos; un águila abraza con su mirada el mundo entero, y además lleva encaramado entre los ojos a un gavilán; un sapo, Ratatosker, sube y baja continuamente por el ramaje, desde el águila hasta la serpiente en pie del árbol, su ocupación es mantener el conventillo entre êsta y el águila. La cabra Heidrun pace en el follaje y su leche sirve para alimentar a los guerreros de Odín; cuatro ciervos devoran sin cesar las ramas y la corteza. Lo harían perecer de no estar la fuente de Urd, que le provee vida continuamente. Finalmente, unas serpientes roen sus raíces, la más imponente y temible es la llamada Nidhogg. Monstruo que espera en las sombras su momento.
Las virtudes del fresno, los vínculos que lo unen con todo el Universo, a todos los aspectos de la vida, hacen de êl uno de los mitos más originales de la mitología nórdica. Para ellos el mundo no estaba sostenido por un gigante (como entre los griegos y randianos), sino por el Yggdrasil. Todos los autores concuerdan en señalar que tenín una veneración especial por los árboles (como los galos): Adam de Bremen refiere que cerca del templo de Upsala, se erguía un árbol muy elevado cyo follaje siempre estaba verde, pero cuya especie se desconocía. Cerca de su pie había una fuente, a la que se llevaban ofrendas. Igual que los dioses se reunían bajo la sombra del Yggdrasil para administrar justicia, los jefes de las tribus nórdicas tenían sus asambleas a la sombra de un árbol. Esta costumbre estaba en uso en el siglo XIII, en Frisia, donde las asambleas judiciales se celebraban bajo tres encinas enormes, cerca de Aurich. Finalmente, es notable que la arquitectura de los nórdicos haya correspondido muy bien a su cosmología: hacían descamsar el armazón de un edificio sobre un gran tronco. Ese modo de construcción ha sido influido (conjeturan algunos) por las antiguas chozas de los nómadas asiáticos.
Entre ciertos pueblos germánicos se había conservado la costumbre de erigir, en un lugar elevado un monumento hecho únicamente de un árbol. Los sajones lo llamaban Irmensul, es decir: columna gigante.

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