Correspondencia

Esta carta le fue entregada a Gladstone, Primer Ministro inglés, cuando una ley para suspender a la Iglesia de Gales fue puesta a consideración de la Cámara de los Comunes:

Cannes, 15 de marzo de 1893

Lejos de mi tierra natal, mi amarga indignación como galesa me empuja a censurarle a usted, viejo malvado, ruin, falso, traicionero. Por su inicuo plan para expoliar y derribar a la amadísima Vieja Iglesia de Gales. Usted carece de conciencia, pero rezo a Dios para que le otorgue remordimientos que lo confundan y entristezcan hasta el día que tenga que abandonar este Mundo. Pretende ser religioso, ¡viejo hipócrita! Sólo simula serlo, para poder apelar con impunidad a lo más bajo del pueblo galés. Pero ni le importan ni respeta a los Principios de la Religión, si así fuera, no osaría perturbar los espíritus de los verdaderos cristianos, instigando una turba a cometer sacrilegio. Piensa que su nombre brillará en los corredores de la Historia, pero quedará en el piélago junto al de Nerón. Algunos le hicieron el favor de compararlo a Poncio Pilatos, me apena por Pilatos, ya que fue un servidor público, a pesar de sus fallas un hombre respetable en comparación con usted, además, el no era cristiano. Ciertamente usted es astuto, así como lo es su Amo y Señor, Satanás. No considero un pecado odiarlo ni aborrecerlo, así como no es pecado aborrecer al Príncipe de las Tinieblas. Así que, con la medida justa de desprecio y desdén, acepte los cumplidos de

Una Hija de Viejo Gales.

Algo me dice que esta vieja hija de Gales era la que llevaba los pantalones en su casa. Por cierto, no he podido encontrar nada acerca de esta ley de suspensión de la Iglesia de Gales, ¿alguien sabe algo más?