Tyr el dios abogado

Su antiguedad es segura, uno de los primeros dioses. Sus atribuciones variaron y la veneración de la que era objeto debió menguar a lo largo de los siglos. Sólo su nombre, a menudo citado y nunca comentado, dio lugar a numerosas hipótesis y comparaciones. El nombre inglês de martes: Tuesday se le relaciona con la raíz del nombre del dios, asimilado por Tácito al marte romano. El nombre alemán del martes, Dienstag, puede compararse con el del dios, pero más seguramente se asocia con la Thing, la asamblea de los vikings.
En los relatos que conocemos, Tyr no es Zeus ni Marte; se puede pensar que ha tenido atribuciones similares, aunque sólo quedaron rastros dispersos. Otras figuras, especialmente Thor, lo relegaron a un segundo plano; entre los escandinavos, Thor es ejemplo del guerrero. Pero la valentía es una virtud tambiên de Tyr. "Hay, además, un Ase, llamado Tyr ; intrêpido y valiente, animoso, tiene gran poder sobre las victorias en las batallas. Por eso es bueno que lo invoquen los guerreros"(Gyalffaginning, cap.XII).
Una leyenda atestigua el excepcional vigor de su carácter, y lo pone en el primer plano entre los dioses. La que relata el juramento del Lobo Fenrir.Ese lobo gigante, que algunos llaman Hijo de Loki, otros del Abismo primordial (Ginnugaggap) ; era cruel y voraz, capaz de devorar el sol y la luna a mordiscos. Uno de los peores enemigos de los dioses. Un día, una Voeluspa (vidente), les advierte a los dioses que Fenrir trama algo contra ellos, y que sería prudente actuar antes que êl lo haga. Se reúnen en Asamblea inmediatamente, deciden no asesinarlo, por dos razones:

1. Debe cumplir su destino en el día del Crepúsculo.
2. Los dioses no deben manchar lugares sagrados incluso para ellos.

La Asamblea decidió encadenarlo. Dos veces, trataron de encadenarlo con sendas cadenas mágicas. Mas Fenrir siempre lograba romperlas. Los dioses acudieron a los únicos que podían fabricar algo que sujetara al monstruo. Los enanos, los seres más industriosos del Asgard.

Llegaron a rogarles que hicieran ese lazo. Que forjaran algo que no se pudiera romper. Los enanos aceptaron y recurrieron a la magia, y, lejos d pretender forjar mallas más gruesas aún, crearon una ligadura de nuevo gênero: no era más que una cinta, dulce y sedosa, que sin embargo, nadie podría romper. Los enanos reunieron en ella, las esencias de seis cosas:

El maullido del gato, la barba de la mujer, las raíces de la montaña, los tendones del oso, el soplo de los peces, y la saliva dl pájaro. Habían encerrado las virtudes de todos esos elementos, unidos todos en una cinta flexible de la que nadie podía escapar.

Seguros ya de poder capturarlo, al menos hasta el Crepúsculo, los dioses lo desafían que trate de romper esa cinta. Previendo un posible engaño, Fenrir exige una especie de garantía, que alguno de los dioses ponga la mano sobre sus fauces. Si era una trampa, al menos tendría la satisfacción de mutilar a un dios.

Los dioses se miraron cohibidos, nadie quiere sufrir semejante cosa. Al final, Tyr se adelanta, sin importarle nada, coloca sus manos bajo las fauces del mostruo. Los dioses inmediatamente atan con la cinta de los enanos a Fenrir. Todos saltan de la alegría, excepto Tyr; Fenrir no pierde tiempo y arranca la mano al dios.

Este gesto, de sacrificarse para no quebrar la palabra dada, ha hecho de Tyr el dios bajo al cual se invoca para garantizar la observancia de los contratos, los juramentos y la palabra empeñada.

No hay contradicción, al menos para el viking, entre dios de la guerra y dios del derecho. La guerra esta regulada por reglas, transmitidas por la costumbre.