Derrotas

A veces pienso que la Libertad (escribo así porque es algo muy sagrado para mí) es para unos pocos, no porque el resto sea excluido, sino porque la gran Masa (oh!!! Ortega que razón tenías) no la desea, concientemente la rechaza, es demasiada responsabilidad para ellos. Quieren que alguien piense por ellos, que alguien trabaje por ellos, necesitan una niñera las 24 horas, un Gran Hermano que vele por ellos. No saben o no quieren saber que es perjudicial no hacerse cargo del propio destino. Y de ahí nace el deseo de que el otro no nos supere, que se amolde al "sentir colectivo", toda individualidad debe ser suprimida, dando así lo que Rand llamó "el promedio del promedio". Pienso que el hombre casi se salva de ese horror, pero veo que ahora caemos de lleno y de una manera sutil, disfrazada de humanitarismo y de corrección política.
De nada vale patalear y demostrar con los mejores argumentos que el estado es una mera banda de asaltantes divinazados por ideologías y patanes devenidos en intelectuales, mientra millones se esclavizen unos a otros. No hay que perder el tiempo, hay que hacer como dice el querido Martín Juno, es hora de pelear por uno mismo.