Algo sobre las runas

Las runas (de una vieja palabra: norrer, que significa secreto) constituyen la escritura de los antiguos germanos. Se han distinguido veinticuatro signos rúnicos, correspondientes con bastante exactitud al alfabeto latino. Esos signos se dividen a menudo en tres grupos de ocho, disponiendose en un orden de índole mágico. Las piedras y objetos grabados que se han encontrado por toda Escandinavia, especialmente en Jutlandia, permiten reconstruir gran número de inscripciones, breves por lo general. Las runas no pueden considerarse como una escritura, sino más bien como un sistema de transmisión de mensajes sencillos (linguistas abstenerse de polemizar), cuyo valor ni siquiera vemos hoy con claridad, pues ciertemente iba vinculado a creencias mágicas y hermêticas. El mismo derecho de representar objetos con signos estaba reservado a los iniciados en el culto a Odín. Las serpientes aparecen a menudo en las inscripciones rúnicas, enlazados con otros signos, muchas veces símbolos de rivales, que se mataron mutuamente.
Se lee en el Edda:

Aprende las runas de victoria si quieres la victoria; graba en las guardas de tu espada, en lo plano y en lo ancho, e invoca tres veces a Tyr.

Aprende las runas de las ramas, si quieres ser mêdico y reconocer las enfermedades. Se graban en la corteza, en las ramas de un árbol que se extiende a Levante

Aprende las runas del parto, si quieres ayudar a separar al niño de su madre.

...Y todas las runas fuertes y hermosas, favorables al que quiere permanecer sano y salvo. Emplêalas hasta que los dioses se vayan.