El Viking Liberal

Thursday, October 19, 2006

El tío Koba

Stalin me fascina, bah! Con la misma fascinación morbosa con que uno ve la foto de un cadáver o de una ejecución, es uno de los pocos dictadores que escapó siquiera a los cuestionamientos durante su vida, intelectualoides que luego hicieron carrera (como Sartre o Alberti), escribieron en su honor extensos panegíricos o poemas (más tarde no sabían que contestar cada vez que se los recordaban), el Occidente, sí, el prístino y puro Occidente, lo vio con buenos ojos y apañó sus crímenes, gozó de buena fama gracias a seres execrables como Walter Duranty, maestro de periodistas como Bonnasso o Verbitsky, quien inauguró la frase "tonto útil". Rodeado de gente como Yezhov (cuyo se terror tuvo un nombre: la "yezhovina"), Beria (que mando al gulag a millones de personas, entre ellos los miembros de un equipo de fútbol que les caía mal, y violó a unas cuantas actrices de cine), o a Trofim Lysenko, el bruto campesino de las estapas que subordinó la ciencia y la epistemología al estado. Y no se olviden de Krghuschev que bien que quiso limpiarse la cara denunciando los crímenes de Stalin, salvo los que el cometió siendo apodado el Carnicero de Ucrania.
Stalin tuvo todo lo que quiso, encima impunidad y prestigio, por todas estas cosas, êl fue lo que Hitler no consiguió.

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